Las rosas son sin duda la mejor elección para las bodas ya que se asocián al amor, por eso las rosas rojas representan el amor y la pasión, elementos clave en un matrimonio, mientras que las rosas blancas representan la comprensión y el respeto, fundamental a la hora de formalizar su unión.
Por lo tanto, ambas flores consiguen la combinación perfecta para realizar centros de mesa o crear ramilletes que decoren los manteles o las sillas donde tus invitados disfrutarán del banquete nupcial.